No sé si es algo más raro para quien tenga un gato por casa o para quien no lo tenga.
El asunto es de verdad: Nora, una gata que toca el piano. Menos mal que tiene los dedos pegados en forma de pezuña, porque si no este bicho tocaría cosas de Scarlatti.
Nota: Ojo al número de visitas.
El dueño del estudio donde vive tiene toda la pinta de ser un flipao, pero no lo debe ser tanto si tiene montada esta tienda