En Semana Santa se nos murió uno de los de toda la vida. Nos juntamos y sacamos algo (muy) bueno de alto tan malo. El otro dia un amigo de los de aquí marchó a vivir a Barcelona. Estoy intentando huir del topicazo de que partir es morir un poco entre otras muchas cosas porque yo también partí y no es para tanto, coño. El síndrome de Ulises y una gente que va saliendo poco a poco de tu vida mientras que va entrando otra. Algunos se quedan. Bueno, otro día escribo sobre eso, que me despisto. En unos días hago 10 años viviendo en esta parte del mundo y es posible, mejor dicho es probable, que esa circunstancia, junto con tanto cambio en la agenda y la enorme mierdota que fue el paso de 2008 a 2009 me esté facilitando el hacer balance.
Autor MrClean
También estoy estos días intentando juntarme con mi gente de toda la vida (esos amigos a los que conocí tan joven que no recuerdo cuándo fue) para este verano. Igual lo conseguimos antes de agosto. Me gusta tener cerca a gente que me conoce desde hace años. Me recuerdan (aunque a veces no lo quiera, pero asumo el coste) quién soy realmente, de dónde vengo y que ellos me conocían antes de ir y de volver. Me conocían de antes. Estaban la primera vez que fui o hice que iba a irme a hacer cualquier cosa. Me hablan en presente como alguien que a veces no me acordaba de que existió.
Cada vez valoro más a mis amigos de hace muchos años. Pero me quedan tan pocos. Últimamente los pierdo a más velocidad que los hago y estoy empezando a entender por qué la gente muy mayor no tiene muchos amigos. No es porque estén amargados ni porque la gente tiende a morirse antes de ser muy vieja. Hombre, estas cosas quieras que no ayudan, pero la gente que vive mucho tiempo tiene tiempo de perder muchos amigos y encontrar otros nuevos. Lo que pasa es que los haces de golpe pero poco a poco, y los pierdes poco a poco pero de golpe. O eso me pasa a mí.