70 años de la liberación de la primera fábrica de muerte

Publicado en Mugalari.info el 27 de enero de 2015: https://mugalari.info/?s=En+el+lugar+donde+se+ubicaba+uno+de+los+mayores+lugares+de+exterminio+del+III+Reich

Hoy se cumplen 70 años de la Liberación del campo de concentración de Auschwitz, le principio del fin del régimen irracional y terrorífico de la Alemania nazi del genocida Adolf Hitler. A día de hoy son pocas las personas deportadas vivas. Algunas de ellas estuvieron presentes hace cinco años en un acto conmemorativo que hoy evocamos.

Gusen, Austria. Mayo de 2010. En el lugar donde se ubicaba uno de los mayores lugares de exterminio del III Reich apenas queda nada. Lo que fueron las oficinas centrales del campo son una mansión particular, como lo son las antiguas oficinas administrativas de las SS y algunos barracones de los guardias. Un empresario compró también dos barracones de prisioneros donde hoy cultiva champiñones. Sobre el muelle de carga de camiones nadie puede evitar ver la que fuera la mayor trituradora de piedra de Europa, en cuya construcción murieron literalmente cientos de rottspanier, republicanos españoles.

Un poco más allá, otra vivienda particular ocupa lo que fuera el burdel para prisioneros selectos, donde se obligaba a trabajar a presas de otro campo de concentración, Ravensbrück, el de las mujeres, repleto de resistentes antinazis y presas políticas, pero donde no faltaban, entre otras cosas, las mujeres “arias” acusadas de contacto íntimo con “otras razas” o de practicar las prostitución, cargos que acarreaban precisamente el internamiento en un campo de concentración.

Junto al crematorio donde los nazis incineraron a más de 30.000 personas entre 1940 y 1945 varias docenas de estudiantes de secundaria de Asturias, Barcelona, Cádiz, Huesca, Valencia y Zaragoza rinden homenaje a quienes penaron allí y a quienes allí cayeron. Tanto unos como otros llevan un año (algunos incluso más) manejando materiales relacionados con la Deportación, la Guerra Civil, la Memoria Histórica, la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto. Y se les nota. Son adolescentes que han devorado a Primo Levi. Son adolescentes que, cuando el viaje se ha alargado un día más debido al volcán islandés cuyo nombre nadie sabe pronunciar saltan de alegría porque les queda un día más de estar juntos, enseñan al chófer de su autobús (austríaco y monolíngüe en alemán a más no poder) a cantar “Queviiiiii-va Lufthansaaaa”, pero también son adolescentes que al saber que vamos a pasar ese día extra en Munich dicen (con total tranquilidad, tanta que podemos oírles) “qué guay, Munich, a ver si podemos ir a ver la cervecería donde Hitler dio el putsch de 1923”.

No pudo ser. No pudieron ver dónde comenzó todo (en cualquier caso la Bürgerbräukeller fue demolida en 1979) pero sí dónde acabó, el viaje era para ver los sitios donde se ejecutó la obra magna del nazismo, el Holocausto, para rendir homenaje a sus víctimas, para que pudieran escuchar de boca de los supervivientes qué fue aquello; han venido a acompañarles y a aprender, aunque sería bastante arriesgado aventurar quién aprendió más y quién acompañó a quién. Ese viaje sí que lo hicieron. Y con ellos las viudas y los familiares de los deportados, los socios y los simpatizantes de la Amical de Mauthausen, una asociación que aglutina a víctimas del nazismo de todo el estado.

En Ebensee, un idílico pueblo junto a un lago alpino, los esclavos de los nazis construyeron en roca viva decenas de kilómetros de túneles para instalar a salvo de los bombardeos aliados la industria militar germana. De ahí salían los motores de los tanques, el combustible sintético de las bombas volantes y muchos otros productos punteros de la tecnología militar nazi a un coste de varios cientos de presos muertos diariamente. Los túneles, protegidos además de por la montaña, por una capa enorme de hormigón armado, están como el primer día en el que entraron en funcionamiento: en perfecto estado.

El homenaje se hace en una galería adyacente, inconclusa, congelada en el tiempo, con goteras, frío y humedad. Los estudiantes valencianos leen la lista, la larguísima lista de sus paisanos muertos en los campos nazis mientras suena La Muixeranga, el himno que se interpretaba a los “maulets” que morían en defensa de las ciudades de Valencia durante la invasión napoleónica o en la defensa de los fueros. Es también el himno que el ayuntamiento de Valencia prohibió interpretar en el homenaje que se hizo a los asesinados tras la Guerra Civil, arrojados por miles a las fosas comunes del cementerio de Valencia. A tantos kilómetros de allí, bajo tierra, La Muixeranga cumple su función: recordar a los caídos en la lucha por la libertad.

Acabado el homenaje, en el que entre otras cosas hemos cantado a Labordeta, una de las estudiantes toma el micrófono y dice “tengo algo que decir”. Con voz firme la mayor parte del tiempo nos dice que para ella la bandera republicana siempre había significado algo especial, pero después de hablar con los deportados y después de ver aquellos sitios esa bandera le inspira sentimientos mucho más profundos, totalmente alejados de la política. Se emociona, como nos emocionamos todos y los muros tallados por esclavos que tanto padecimiento vieron resuenan con los aplausos. Tras ella, el resto de sus compañeras y compañeros van tomando el micrófono uno tras otro, hablan sin complejos de lo que han aprendido, de lo que creían y de lo que hay que hacer. Esa misma tarde visitamos Gusen. Los actos del homenaje transcurren bajo un sol implacable que no hace sino recordarnos que la ubicación de estos campos parece elegida con una atención diabólica incluso en esos detalles. Cuando hace calor, el calor castiga y cuando hace frío es peor aún. Los estudiantes de Santa Coloma decidieron que ya que sus paisanos habían muerto en el corazón de Europa sin poder haber sido enterrados, convertidos en humo y ceniza, era de recibo llevar tierra de su pueblo y dejarla en Gusen.

La última noche en Austria hay que celebrar que José Alcubierre, uno de los deportados que nos acompañan, cumple 85 estupendos años y son los jóvenes quienes organizan todo. Una moza aragonesa nos pone los pelos de punta a 200 personas con una jota de estilo. Los gaditanos hacen lo que pueden para enseñarle una sevillana a una docena de compañeros de otros institutos (de fuera de Andalucía, pero con mucho tesón) y entre todos la cantan. Después, y con la ayuda de un ejército de estudiantes italianos que están en el mismo hotel, le cantamos letra en mano y en italiano a Don José su canción favorita, la canción de los partisanos:

Bella Ciao. Al marcharse, una de las estudiantes italianas llora emocionada al ver a tanta gente cantando en su lengua, pero en ese momento y lugar todos somos de todas partes. Suena también el himno de la deportación, Die Moorsoldaten, que es una canción alemana, compuesta por los primeros presos políticos de los nazis. Esos días hemos cantado en castellano, en francés, en italiano y en alemán.

Todos nos emocionamos mucho, pero José Alcubierre no llora, no se emociona. Está encantado con lo que ve, siempre está dispuesto para hablar con todo el mundo y todo le parece bien. Señal de que no lo estamos haciendo tan mal.

Todos los años tiene lugar en Mauthausen un desfile que posiblemente sea único en el mundo. ¿En qué otro lugar puede verse de un solo vistazo (y sin que hay mayor incidente) a una delegación de los marines de los EEUU, una delegación húngara, una polaca, una turca y una kurda? ¿Y qué podemos decir de anarquistas escandinavos junto a soldados de Bosnia-Herzegovina, el embajador israelí y la embajadora de Cuba?

Desfilan las juventudes de diversos partidos políticos austríacos y de los scouts. El aniversario de la liberación de los campos de la muerte reúne en una especie de limbo neutral a gitanos húngaros, trabajadores turcos en Austria, veteranos de la división norteamericana que liberó los campos y nostálgicos de la URSS. Incluso pudimos ver a militares polacos colocando flores ante el gigantesco monumento que recuerda a los soldados soviéticos asesinados en Mauthausen.

Ante el monumento de los republicanos (que está en territorio francés, fue diseñado por un arquitecto austríaco que no quiso cobrar y que como no es legalmente de nadie no se sabía quién lo tenía que restaurar hasta que se restauró y punto) rinden honores los soldados de Serbia y los de Italia, los de Chequia, los albaneses y los franceses. Un coro de jóvenes franceses canta “Ay Carmela” en el monumento francés y después en el de los republicanos. Todo el mundo parece tener algo que agradecerles. Al paso de la comitiva brotan los puños alzados y leemos en los labios de la gente “gracias”, “thank you”.

En el acto institucional, con abrumadora mayoría institucional catalana, un político del gobierno aragonés, seguramente molesto por las ikurriñas, porque abundan las senyeras, las banderas asturianas y las banderas andaluzas, además de las tricolores, nos recuerda en su discurso que los deportados no estaban allí por ser vascos, catalanes o andaluces. Como si no lo supiéramos. Pero tampoco lo fueron por ser españoles, pues el gobierno franquista se desentendió de ellos cuando Berlín se los ofreció. “No son españoles” dijeron. Fueron deportados porque fueron los primeros que plantaron cara al fascismo en 1936 y fueron los últimos en ser sacados de los campos nazis por la sencilla razón de que no tenían a dónde volver. Muchos se quedaron en Austria, pero la mayoría se quedaron en Francia, tierra que en esta ocasión sí fue de acogida.

En este viaje se juntan varias generaciones. Hay dos de los pocos que quedan vivos y en condiciones de viajar de aquellos 10.000 republicanos que huyendo de los verdugos franquistas fueron a dar con el maltrato francés para caer después en manos de los aún peores, por lo sofisticado, verdugos nazis. Están sus viudas, sus hijos, sobrinas y nietos, algunos de los cuales han sabido hace pocos años del horror de la deportación de sus allegados a los campos de la muerte. Hay quienes, habiendo vivido en un ambiente republicano, consciente de la represión y la pérdida de la guerra, han descubierto un campo más del que hay que aprender para recordar. Hay muy diversas reacciones ante la presencia de la bandera constitucional, que poco a poco se va a abriendo paso.

Hay de todo, desde el pragmatismo al desprecio en absoluto disimulado, del rechazo militante al respetuoso ante la bandera de un dignatario extranjero. Pero es entre la algarabía del enjambre de estudiantes que viaja con nosotros donde vemos la primera generación que, siendo conscientes de que la tricolor es la bandera de sus abuelos (o mejor dicho bisabuelos) miran hacia adelante. Recuerdan, estudian, pero para ellos la bandera roja, gualda y morada no es la bandera que fue, sino la que es y la que será.

En Gusen, una vez acabado el homenaje de los estudiantes de Cádiz uno de ellos dice “anoche escribí esto y lo quiero leer”. Para estas alturas ya estamos acostumbrados a que estos jóvenes hagan y deshagan, decidan. Se sigue el horario y el calendario establecido, pero todo lo demás es cosa suya. “A los deportados y a sus familiares”, lee. El poema acaba diciendo:

Porque somos la continuación, la esperanza del cambio, el que ansiáis con toda vuestra alma y corazón, que es muy grande…

Muchas gracias,muchísimas,

por aguantar lo que habéis aguantado y seguir caminando

Tranquilos abuelos, ya estamos aquí.

Somos vuestra herencia.

Os podemos asegurar que mientras nosotros y nuestros futuros hijos vivamos,

los muros, las escaleras, las cámaras, las arrugas, la lucha, la memoria no va a caer en el olvido.

Gracias, de verdad.

Salud y República».

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Zer ekartzen dit niri gogora Euskararen Nazioarteko Egunak?

Zer ekartzen dit niri gogora Euskararen Nazioarteko Egunak?

2014/12/03an argitara emanda Mugalari.info-n: https://mugalari.info/opinion/zer-ekartzen-dit-niri-gogora-euskararen-nazioarteko-egunak
Hainbat gauza. Musikatik kanpo euskara entzun nuen lehenengo aldia.

1987ko Otsaila, Laudion. Bai ba. Non eta Araban. Taberna batean, noski.

Euskararen bitartez Linton Kwesi Johnson-en musika ezagutu nuen, eta baita Fugazi-rena ere. Hainbat urte pasata, biak ala biak daude beti poltsikoan. Kasetean, CDan, mp3-an, eta orain sakelako telefonoan.

Segapotoan, alegia. Egun berean, uztaileko lanbroa, Rubén Blades, Lou Reed-en New York, eta Atxagaren Obabakoak ezagutu nuen euskarari esker.

Nire irakasleetaz akordatzen naiz gaur. Madrilen Larraitz eta Itziar.

Larraitz eta ni lagunak izan gara hogei ta piko urte. Eta Durangoko azokara joaten naizenean, beti, BETI, Itziarrekin topo egiten dut.

Bilbon, Ondarruko Ainhoa. Eta Gorka Gasteizen.

Baina aditzaren barneko logika ez nuen ikasi klasean. Taberna baten izkinean, Egin-eko orrialde batean Bittor Kapanagak irakatsi zidan.

Egin. Eragin. Eginarazi. Eraginarazi.

Azoka de Durango 2004. Bittor Kapanaga
Bittor Kapanaga Durangoko Azokan. | ARGAZKIA | Iban Gorriti

Ezagutu nuenean sagar bat oparitu zidan. Mota horietako esistitzen ziren hiruetako bat, esan zidan. Mendian hartu berria. Berari tokatu zitzaion euskaratzea nire testuak Hertzainak-eko diska pare batentzako. Hura ez zen lan makala hura. Baina beti pozik, jende gazte artean, farre gomutan daukat Bittor. “Euskaldunberrik berba gutxi eta berbo asko” esaten zidan, farre. Eta ni flipata. Nik logelako horman Nor-Nori-Nork-eko taula ikaragarri hura neukan jarrita, muduko mantrarik luzeena.

Berari esker, Gaztelaren zati bateko toponimia ulertzen dut. Chiloeches, Horche, Anguita, Iruesta, Iruecha, Mochales. Korta-ri “las cortes” deitzen diote. Bai, Gaztelan txerriak bizi diren lekuan “las cortes”

Ez dago gauza berririk, dirudienez. Bittorren ikaslea eta laguna izan nintzen. Historio kontalari aparta. Bera izan zen Sarrionandia gartzelan bisitatu zuen azkenetako bat. Berarekin antzineko erlijioz, ortuz, politikaz ikasi nuen. Euskara gutxi ikasi nuen berarekin. Baina asko ikasi nuen euskarari buruz.

Behin, mokorra konpondu ziotenean, ospitalera bisitatzera joan nintzen. Ohean zegoen, aspertuta. Antzineko kontuekin hasi zen, baina sedatuta zeukaten, mina epeltzeko. Bere antzineko kontuak animatuta, “monaguillo” izan zenean kontatu zidan. Eta nik, oso freskoa neukala buruan “Amanece que no es poco”, ia kanpaia jotzen bazituen askotan galdetu nion. Bittoren arreba gorri-gorria, eta Bittor faaaaaaaaarre.

Berari esker ikasi nuen gizon jakintsuak farre egiten du sarri.

Eta irakasle artean, Aulesti/Gasteizko Garazi. Garazi ezagutu nuenean berak apenas 3 urte zituen. Eta ni harro netorren nire batuarekin.

Beragaz bizkaiera ikesi neban. Ikesi bihar! Behin, bospasei urte zittuezan, beragaz berbetan saiatzen, preguntautzon:

– Horiek zeintzuk dire ba? (Telebistan euen batzuk)

– Prafumuñierf bikidxek dire. (Pausa dramatikoa) Bikiak dira.

Eta nik, harro ondino, esautzon:

– Garazi, aitzen dot.

– Zer?

– Aitzen dotala, bihotza.

Eta Garazik:

– Bai. Nozipeiñ.

Behin galdetu zuen ia euskara ez dakitenek EGA moduko azterketa bat pasa behar badute “erderi” menperatzen dutelako erakusten. Bera ikastolara batua eta gaztelaina ikastera joan zen, eta berak ezin zuen ulertu zelan ulertzen nituen bere komeriak.

Euskararen bitartez hitzen prezisioaren magia ikasi nuen. Doitasuna.

Barruko kanpotik daramazu kamiseta soinean? Hori “idulestara” esaten da.

(Formula “Bueno… guk esateogu” eta ondoren dena delakoa. Dana dalaku.) Hitza esistitzen bada, norbaitek behar zuelako. Sinonimoa ez da esistitzen. Euskara ikasteko prozesuan nire gaztelaina ez zela (inolaz ere ez) “gaztelaina batua”. Euskarak irakatsi zidan nire ama hizkuntzaren barneko logika ulertzen. Eta beste hizkuntza batzuena. Edo gutxi gora behera. Orain, oso maiz (oso maiz!) nire buruari berba egiten diodala ingelesez, eta suedierarekin borrokatzen nabilenean (momentuz suediera irabazi), zelan faltan botatzen ditudan bidean izan ditudan euskara irakasleak!

Bihar, Euskararen Nazioarteko Eguna dela eta, euskaraz abesten duen talderen baten kamiseta bat soinean. Arabako indabak bazkaltzeko, eta txapela buruan. Norbaitek eroan behar du txapela estilo apur batekin hiri honetan. Dinot nik.

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Haukeliseter: el sub-ártico noruego cuando te empeñas 

Con este texto pretendo evitar contarle el viaje muy bien a los dos primeros amigos a los que se lo cuente y luego ir contando una versión más y más aguada a medida que va pasando el tiempo.

No pudo ser en 2021 por lo que todos sabemos y no pudo ser en 2020 porque tampoco, pero en marzo de 2022 pudimos ir a Hardangervidda. Es una meseta situada a 1,000 m de altitud sobre el nivel del mar en el centro-sur de Noruega. Para más información se puede empezar por aquí: https://es.wikipedia.org/wiki/Hardangervidda

Mi viaje fue como sigue: primer tren del día entre Estocolmo y Göteborg (tren a las 5AM, taxi a las 4AM porque con tantísimos trastos no se puede andar). Ahí me recogía un número indeterminado de daneses cuando el tren tuviera a bien llegar porque están arreglando las vías. A las 9:30 meto todo en un coche y ocho horas más dirección norte hasta que al evitar Oslo nos vamos dirección oeste, cada vez hay menos coches y más nieve a los lados de la carretera y poco después de empezara ver montañas de verdad y tanta nieve a los lados que el quitamiedos está en la base del muro de una zanja de nieve, acabamos en Haukeliseter.


En uno de estos tejados había un niño jugando cuando llegamos

En Haukelister hay una estación de montaña de la DNT, la Asociación Noruega de Turismo. Con el retraso del tren al recogerme y un poco de falta de entendimiento entre los dos coches del convoy se nos alargaron las cosas un poco y al llegar nos quedaban un par de horas de luz, así que en una breve reunión tomamos la decisión de viajar hacia el sur, con un terreno más fácil, al menos en principio. O al menos la ruta no empieza con una pendiente del 27% para llegar al altiplano noruego. Montamos todos los trastos en los pulkas (esos trineos de plástico o fibra de vidrio que se usan para viajar más cómodamente en la naturaleza del Norte) y empezamos la aventura.


La esterilla no se supone que debiera estar ahí colgando como una cantimplora del Coronel Tapioca, pero qué le vamos a hacer.

Este que lo cuenta está lejos de ir “sobrao” sobre esquís de ningún tipo, pero sobre lo que aquí llaman “turskidor” (leído “turjuídor”) me caigo bastante menos y me cunde bastante más que sobre cualquier otro tipo de esquís. Son muy largos (los míos larguísimos, 208cm, era lo que había de segunda mano) y no muy anchos, y reparten el peso del cuerpo muy bien incluso sobre nieve en polvo en la que un caminante se puede hundir hasta la cadera sin mucho problema. Digamos alguien que se quita los esquís un momento para evitar orinar sobre ellos. Le pasó una vez a un amigo mío.

Según íbamos avanzando el viento iba levantando, la nieve iba cayendo más y más y las montañas frente a nosotros iban quedando más y más cubiertas por nubarrones negros y feroces. En la última media hora de luz elegimos un sitio bueno para poner una de las tiendas y un poco más allá la segunda, en la que me tocaba dormir. Incluso considerando que la nieve ayuda bastante con la poca luz que pueda quedar, llega un momento en el que se pone todo como boca de lobo y hay muchas cosas que hacer al establecer el campamento. Nos dio tiempo para cruzar un par de lagos helados (aunque con tanta nieve no se note la diferencia) y poco más.


A la derecha nuestra tienda y los trineos ya casi cubiertos por la nieve. A la izquierda al fondo la otra tienda.

Con viento fuerte hay que tomar precauciones adicionales para que la tienda no salga volando al montarla (aquí se puede ver cómo se monta la tienda que llevábamos: https://www.youtube.com/watch?v=QpIlAqm8uLA ) y entre dos es más fácil si uno se organiza bien. Mi guía de montaña, “action man” si en el mundo hay uno, contumaz roncador y sin embargo amigo, sabe mucho de estas cosas y tiene un diagrama de flujo en la cabeza describiendo cada procedimiento con detalle, así que al principio me asigna tareas como si fuera un niño de cinco años y en un rato bueno llego a los siete u ocho.

Creamos una superficie estable y comprimida con los esquís, dejamos que se hiele un poco para mayor consistencia del terreno y mientras nos preparamos (una capa adicional de ropa, guantes aptos para trabajar en esas condiciones, por ejemplo) y empezamos con la tienda. Usamos distintos tipos de piquetas (unas de 48cm de longitud y plateadas, un color un poco complicado de buscar una vez cubiertas de nieve, otras más cortas pero con forma de pala), los cuatro esquís y hasta los bastones para asegurar la tienda porque vemos que el viento nos va a dar guerra.


La mejor foto de todo el viaje por supuesto la hizo el que no se llevó una cámara del copón. Heine, que para todo vale.

Una vez lista la tienda y preparada la “zanja” dentro del ábside que permite sentarse cómodamente y hasta cocinar (dos de las ventajas de poner la tienda sobre varios metros de nieve) empezamos a meter material a la tienda. La experiencia vale un grado y yo no tengo ni experiencia ni grados ni nada. Mi maestro y guía espiritual lleva todo en el pulka metido en dos grandes cajas de plástico. Una con la comida y trastos para cocinar. Otra con todo lo demás. Y “todo lo demás” es tal y como suena. Lo que no venga ahí es que no existe. El botiquín contiene hasta flujo intravenoso en caso de que haya que tratar una hipotermia muy seria y no podamos recibir ayuda inmediata. Yo llevo el contenido de mi mochila de 125 litros repartido en bolsas herméticas de muchos tamaños y colores que NO he etiquetado como decidí, así que más o menos sé qué hay en cada una y qué necesito a cada momento. Algunas por lo menos tienen una ventana transparente.

Primero preparamos el asunto del dormir. Yo llevo una esterilla de espuma (de invierno) para usos diversos que pongo en la base y sobre ella la misma esterilla que llevamos los dos, un monstruo que una vez inflado pone 11cm entre el lomo del usuario y la esterilla de abajo, que cada uno hinchamos con un dispositivo que rivaliza en ingenio con el del otro y que nos asegura confort hasta a -50 ºC gracias a los materiales de que se compone, entre ellos plumón. Todo es muy diferente y conlleva precauciones adicionales en estos entornos. Por ejemplo no hay que soplar para inflar nada, porque con la humedad del aliento lo que haríamos sería facilitar la congelación irremediable de nuestro colchón; y por muy bueno que sea el saco, si la esterilla no nos separa del frío nos vamos a meter en un problema grave.

Todo en estas circunstancias es evaluar y reevaluar prioridades. Lo vamos a hacer muchas más veces en este viaje. Mi compañero de fatigas empezó a conducir en el norte de Dinamarca antes de que yo me sentara en el tren en Estocolmo y hemos llegado a Haukeliseter casi 12 horas después, así que hace sus cuentas de horas, de calorías y de estar más cansado que uno que lo esté menos y decide que la cena no va a ser una de estas bolsas de comida deshidratada que llevamos. Usamos frutos secos, una cecina de reno que ha hecho en su casa que está bastante buena y un chocolate rico en cacao y disparatado valor calórico y con eso nos metemos a dormir. Repartimos antes el agua que tenemos porque él todavía tiene un montón que cargó en Dinamarca y yo no tengo nada de nada.

La noche es larga. Larga porque lo más razonable es meterse al saco porque hace frío y larga porque estamos en medio de una tormenta sub-ártica y hay bastante ruido.

El viento es de entre 36 y 40 km/h, con bastante nieve y hay una humedad del 95%, algo que se me hace raro a tanta altura y no estando demasiado cerca del mar. Vemos todo esto en los InReach, los GPS con conexión directa a satélite que usamos para pedir el pronóstico del tiempo en nuestra ubicación exacta (hemos pasado una estación meteorológica nada más dejar atrás Haukeliseter, así que nos fiamos bastante de los datos que recibimos).

En una noche tan larga lo normal es que haya que salir a “desbeber” al menos una vez y en efecto así es. Aprovecho para quitar nieve de la tienda, asegurarme de que los vientos siguen en su sitio y también que los trineos siguen en sitio, aunque sea un poco tapados ya por la nieve. Apago el frontal y dando la espalda al viento racheado que me arroja nieve por cubos alcanzo a vislumbrar las montañas que vimos la tarde anterior. Tan preocupadas de nuestra presencia como este viento y esta nieve. Tengo ahí lo que los navarros llaman “el momentico”. Yo ahí solo frente a esas montañas y la tormenta bramando a mi espalda. Vuelvo al saco, que sigue caliente. Otro momentico.

Mi compañero de viaje se despierta del todo en un segundo. Sin transición pasa de estar dormido como un muerto a la velocidad (su velocidad) de crucero. Lo detallo tanto porque a mi no me ha descrito nadie así nunca. Ni mucho menos. Una vez que mi proceso de resurrección parece finalizado (o todo lo finalizado que se puede esperar), es el momento de tomar decisiones.

El pronóstico del tiempo es que durante el día la fuerza del viento va a ser el doble de esto que está zarandeando nuestra tienda, diseñada para exploraciones árticas, como si fuera un barco de Playmobil, va a seguir cayendo mucha nieve y el nivel de riesgo es moderado pero subiendo. Los niveles de riesgo, asignados a códigos de colores, son moderado (Amarillo), severo (Naranja) y grave (Rojo).


En esa masa amarilla estábamos nosotros. Lo de Snøfokk nos hizo mucha gracia y no. Las dos cosas.

Si decidimos seguir adelante :

– la visibilidad va a ir a peor, vamos a avanzar a base de instrumentos y es posible que tengamos que buscar refugio por nuestros propios medios, lo cual nos deja las siguientes opciones: cavar una cueva en la nieve o cavar una zanja y montar la tienda encima. Si la cosa se pone mal de verdad pondríamos los trineos y los esquís. Y se podría llegar a poner así de mal. Por qué no.

– si todo va bien van a ser buenas historias para contar pero si tenemos que pedir ayuda las condiciones son malas para los equipos de rescate, no pueden volar y van a tener que arriesgarse para llegar a nuestra posición y nos van a llamar gilipollas y con razón porque teníamos un pronóstico meteorológico fiable y los conocimientos para evaluar la situación.

– a todo esto, yo pasé la COVID un par de semanas antes, no pude entrenar ni prepararme en absoluto para este viaje (cosa que sí hice en estas fechas el año anterior). Es posible que durmiera una media de 9-10 horas diarias las semanas anteriores y ni por esas me pude quitar el cansancio. Tras esquiar hasta el sitio donde montamos el campamento, que fueron unos cuantos kilómetros, notaba que estaba llegando al final de la reserva. Mi compañero de fatigas trabaja en un hospital y ha tenido la COVID *tres* (TRES) veces. Lo que pasa es que está hecho de un material diferente, pero incluso superando su fatiga sabe de qué hablo cuando hablo de la mía. Y la ve.

Total, que marcha atrás hacia la estación de montaña de Haukeliseter, donde reservamos habitaciones, el desayuno es bufet libre y las cenas son de menú con platos son todo lo local que pueden ser (reno, trucha ártica, alce…). Que no es mal plan, vamos.

Mi principal preocupación es que en las semanas antes del viaje he dormido todo lo que he podido, he descansado tanto que no he entrenado nada de nada y aun así estoy agotado casi todo el tiempo. El reloj me da unas lecturas de la batería corporal cuando me levanto que a veces tenía al final del día después de entrenar Jiu Jitsu, lo cual explica el esfuerzo que me cuesta avanzar un metro en los esquís.

El primer día en Haukeliseter mis compañeros de viaje suben a Hardangervidda sin mi. Me inflo a comer comida alta en calorías, no puedo dormir siesta de lo agotado que estoy y me pego una cena como si no hubiera comido en todo el día.


Así estuve desayunando ahí una y otra vez. Cada día una y otra vez. Una gloria.

La vista desde la mesa donde estaba desayunando a cara-perro:

Una cosa que llama la atención es la cantidad de nieve que les cae y cómo crean espacio entre esa barbaridad de nieve y los edificios. No es cosa de broma, no.


Una entrada a la zona pública de la estación de montaña de Haukeliseter.


La planta baja está bien por debajo del nivel de la nieve.

El segundo día en Haukeliseter llega el momento para mi de subir a Hardangervidda. Esta subida es donde comenzaba la “Åsnes Expedition Amundsen”, una de las carreras de esquí más duras del mundo. Solo se admitían 100 corredores, que en solitario o por equipos, tenían 72 horas para hacer 100 km con un montón de restricciones, como por ejemplo tener que hacer varias paradas en sitios específicos y una de al menos cinco horas. También se controlaba el equipo mínimo (con todo detalle) y había un peso mínimo de salida y de llegada en el pulka, 45 Kg, para evitar que la gente se deshiciera de equipo que pudiera necesitar en una emergencia o sencillamente llenar de trastos un paraje natural único y mucho más frágil de lo que pudiera parecer. La carrera ya no se hace más y no es por la COVID, sino porque los propios organizadores decidieron que molestaban a los renos que viven en completa libertad en la zona y no merecía la pena.


Foto de Kai-Otto Melau, que cubrió esta carrera muchas veces y hace fotos donde poca gente las hace: https://www.melauphotography.no.

Esta es la subida que da comienzo a la carrera y por ahí subimos.

Sin pulka, eso sí. Pero por ahí subimos. Podría decir que basta con encontrar el paso más cómodo para poder hacer algo así, pero me rendí dos veces antes incluso de empezar. La fatiga acumulada afecta bastante al ánimo y a la precisión, son muchísimos trastos, muchas cosas a tener en cuenta porque no puedes ir a lo loco y sí, me rendí dos veces antes incluso de empezar a subir la cuesta. Lo bueno de no tener ya nada que perder es que da todo igual, así que conseguí ponerme los esquís de una maldita vez (un proceso que he hecho mil veces al lado de mi casa y me lleva tres segundos mal contados) y empecé a subir siguiendo la trazada de mis amigos, que son unos salvajes pero saben lo que se hacen.

¿Y qué es lo que uno ve cuando llega arriba? Lo que se ve es como la primera vez que ves un desierto de verdad, o cuando ves el mar por vez primera (yo lo vi a los 15 años de edad y lo recuerdo muy bien). Esos libros de Jack London, de tantos exploradores polares, todos esos documentales… todo eso está ahí. Y los libros y los documentales y las fotos que hubiera visto antes no me prepararon para lo que iba a tener delante mi. Si uno va en línea recta es posible que al cabo de un par de kilómetros se encuentre una cabaña privada de un noruego muy rico y muy misántropo que por un alarde de suerte o de millones es el propietario de algo tan único como eso. Aparte de esto, entra uno en una versión sub-ártica de los arenales de Namibia.


Con estos iba yo.

Aquí es donde la Resistencia noruega volvía completamente locos a los ocupantes alemanes lo bastante afortunados para no estar lidiando con los rusos pero lo bastante desafortunados para tener que perseguir a una gente que nace esquiando. Muchos de esos alemanes seguramente siguen por ahí, bajo muchos metros de nieve. Todavía hoy las fuerzas especiales noruegas terminan su brutal programa de entrenamiento cuando los diseminan en algún punto de Hardangervidda y tienen que esquiar hasta las cercanías de Telemark, donde simulan un ataque a la célebre factoría de agua pesada y después escapan hasta el punto de reunión que se les haya asignado. Los noruegos ayudaron a liquidar el programa atómico de Hitler y así celebran aquél hito.

Esta foto, obviamente, no hace justicia a la inmensidad y la belleza del lugar. Algunas veces si haces la foto te lo pierdes.

Solamente entrar un par de kilómetros en este espacio y podía oír a mi yo de diez años dando saltos y chillando loco de alegría.


We mean business.

Ahí cavamos un refugio para protegernos del viento, comimos y bebimos un poco y nos preparamos para bajar. Mis amigos probablemente hubieran podido hacer una ruta de vuelta haciendo 10 o 15 km en el altiplano antes de emprender la vuelta pero no me quisieron dejar solo bajando esa cuesta endiablada. Por alguna razón pensaban que la bajaría esquiando como ellos, que sí saben esquiar. Las pieles (sintéticas, no nos volvamos locos) que van bajo los esquís tienen mucho agarre cuesta arriba y bastante en llano, pero cuesta abajo es otra historia. Como dicen en Suecia “quien no tiene cabeza necesita piernas” y yo que no sé esquiar pero andar no me da miedo, bajé andando.

Hay varios metros de nieve incluso en una cuesta tan escarpada y la nieve no es homogénea; a cada paso no sabes si te vas a hundir hasta la rodilla, la cadera o solo 15cm. Los bastones ayudan y los esquís de dos metros de largo no ayudan nada. Mis amigos, desde abajo, se hacían cruces en danés. Pero bueno, ya los tengo acostumbrados de otras aventuras, no es que vayan a pensar que ahí había algo fuera de lugar.

A todo esto, aquí toca hablar un rato de idiomas. El danés, el sueco y el noruego son muy parecidos y no. En general los hablantes nativos de danés entienden a todo el mundo en Suecia y Noruega. Según dicen ellos mismos, cuanto más al norte vas peor danés habla la gente hasta que llega la cosa a un punto en la cual es casi imposible entenderles. A ellos en Suecia no les entiende casi nadie, lo que da lugar a situaciones bastante cómicas con suecos que insisten en hablar en inglés con ellos y daneses que creen que los suecos están creando un problema donde no lo hay. Daneses y noruegos se entienden bastante bien salvo que se trate de alguno de los múltiples dialectos del noruego (el relieve imposible del país ha ayudado bastante a que tengan dialectos muy diferentes) que son, digamos, cerrados. A mi el noruego de Telemark no me sonaba ni a lengua nórdica siquiera. Más risas en danés. El danés, para quien no lo haya oído antes (la serie Borgen es una buena excusa para flipar con el sonido de este idioma) parece al oído neófito una lengua que carece de vocales. Por ejemplo, el nombre Harald en danés solo tiene una sílaba. Yo soy neófito y no, así que a veces milagrosamente sabía de lo que estaban hablando mis compañeros de viaje, pero generalmente no era el caso. Mi sueco es bastante pedestre y de gran ciudad, así que también hubo momentos cómicos al pagar la compra en un pueblo en Noruega, en la estación de montaña, en una gasolinera…

Una inoportuna infección en casa creó la ventana de oportunidad para poder volver antes de tiempo y usar al menos parte de mis vacaciones descansando de verdad, no cansándome en un sitio que no es el de todos los días, cosa que agradecí bastante. Dejamos la mitad más joven, energética y carente de la experiencia de haber pasado la COVID en el lugar, listos para disfrutar de días soleados, sin una nube en el cielo y las noches glaciales que ello conlleva.


Huellas de lince que encontramos de buena mañana.

Noruega tiene rincones que incluso estando delante me cuesta creer que existan.

Para otro post, quizás, dejaré las cosas menos interesantes para los demás, aciertos y fallos con el equipo y cosas así.

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Dos canciones de Rollins Band

¿Puede haber una canción de Rollins Band para cada momento? Pues puede que sí. En el disco Weight (1994) hay dos ejemplos buenos en dos direcciones distintas.

Primero está Disconnect, que es bien “bajonera.

Aquí está la letra original y más abajo una traducción apresurada:

Disconnect

Don’t like to think too much, it makes me think too much
It keeps my mind on my mind
Don’t wanna see too much, it makes me see too much
Sometimes I’d rather be blind

All the things that they’re saying and doing
When they pass me by it just fills me up with noise
It overloads me
I wanna disconnect myself
Pull my brain stem out and unplug myself
I want nothing right now, I want to pull it out

Yeah, I want to pull it out, yeah
I wanna break it all down, hey, I wanna pull it out
Yeah, yeah, disconnect myself, disconnect myself

A thousand miles an hour going nowhere fast
Clinging to the details of your past
Talking ’bout your damage and you’re wasting my time
Wanna be the king, I can’t stand in line
All the numbers and the colors and the facts
Backed by the rumors and the figures and the stats
I think I’m gonna download my mind

I wanna pull it out

Too damn bad if at the end of the day the only thoughts
In your brain are all the things that they say – what a waste
Too damn bad if at the end of the line
You got no idea of what’s on your own mind
You got no one to blame but yourself
Too much to know, too much to see
It might mean something to you but it’s nothing to me
Just another ad for someone’s version of how they think it should be

I wanna disconnect myself, pull my brain stem out and unplug myself
I want nothing right now, I want to pull it out
I wanna disconnect myself, I want to see it go down

Disconnect

No me gusta pensar demasiado, me hace pensar demasiado.
Me quedo pillado en mi mente.
No quiero ver demasiado, me hace ver demasiado.
A veces prefiero estar ciego.

Todas las cosas que dicen y hacen
cuando me pasan cerca me llenan de ruido.
Me sobrecarga.
Quiero desconectarme,
Arrancarme el tronco encefálico y desconectarme.
Ahora mismo no quiero nada, quiero desconectar.

Sí, quiero arrancarlo, sí.
Quiero romperlo todo, ¡eh!, quiero arrancarlo.
¡Sí! ¡Sí! Desconectarme. Desconectarme.

A mil millas por hora yendo rápido a ningún sitio.
Aferrándome a los detalles de tu pasado.
Me hablas del daño que llevas a la espalda y estás desperdiciando mi tiempo.
Quiero ser el rey, no puedo hacer cola.
Todos los números, los colores y los hechos
respaldados por los rumores, las cifras y las estadísticas.
Creo que voy a descargar mi mente.

Sí, quiero arrancarlo, sí.
Quiero romperlo todo, ¡eh!, quiero arrancarlo.
¡Sí! ¡Sí! Desconectarme. Desconectarme.

Vaya putada si al final del día los únicos pensamientos
que tienes son todo eso que dicen; vaya desperdicio.
Vaya putada si al final
no tienes ni idea de lo que tienes en la cabeza.
No tienes a nadie a quien culpar excepto a ti mismo.
Demasiadas cosas por aprender, demasiado para ver.
Puede significar algo para ti, pero no para mí.
Solo otro anuncio de la versión de alguien de cómo creen que debería ser.

Quiero desconectarme, arrancar mi tronco encefálico y desconectarme.
Ahora mismo no quiero nada, quiero arrancarlo.
Quiero desconectarme, quiero verlo caer.

Y para irnos al otro extremo, lo de ponernos las pilas y eso, tenemos Shine.

Shine

If I’d listened everything that they said to me, I wouldn’t be here!
And if I took the time to bleed from all the tiny little arrows shot my way,
I wouldn’t be here!
The ones who don’t do anything are always the ones who try to put you down
And you could spend your entire life walking around
In the nowhere land of self doubt

‘Cause when you start to doubt yourself the real world will eat you alive!
It’s time, it’s time to align your body with your mind, it’s hero time
It’s time, it’s time to align your body with your mind, it’s hero time
‘Cause when you start to doubt yourself the real world will eat you alive!
And you know it’s true!
I’m talking to you: hero time starts right now! Yeah, hero time, yeah,
Time to shine, hey, hero time!

If ya think you’ve got 100 years to mess around: you’re wrong!
This time it’s real, y o u r t I m e I s n o w … it’s hero time!
Yeah, hero time, hey, time to shine, yeah, hero time, yeah!

Hard times are gettin’ harder, the liars are acting strong
You better get a grip on yourself or you won’t be around too long
It’s hero time, hey, time to shine, yeah, hero time, yeah, hero time, yeah!
It’s hero time, it’s hero time, time to shine, shine, shine, shine, shine!
Oh yeah! (3x)

No such thing as spare time, no such thing as free time
No such thing as down time
All you got is life time… go! ’cause it’s hero time, ’cause it’s time to
Shine
‘Cause it’s time to go, go, go! yeah, hou!

When you’re gone, you’re so gone (2x) you’ve got it now, it’s time to go
Hero time starts right now! yeah, aha..! …change it!

I got grace in times of friction, I got truth in times of fiction
I’ve got no time for the hype… suicide!? I’m not that type…
I got no time for drug addiction, no time for smoke and booze
Too strong for a shortened life span, I’ve got no time to lose!
It’s time to shine, yeah, it’s hero time, yeah, it’s hero time, yeah,
Yeah!

When you start to doubt yourself the real world will eat you alive! yeah!
You could spend your entire walking around, coward: or you can get up!
Get up, get up, get up, get up! it’s time to shine! yeah…

Shine

Si hubiera escuchado todo lo que me dijeron ¡no estaría aquí!
Y si me hubiera dedicado a sangrar de todos los dardos que me tiraron
¡No estaría aquí!
Los que no hacen nada son siempre los que intentan menospreciarte.
Y podrías pasarte la vida entera en la tierra de la duda.

¡Porque cuando empiezas a dudar de ti mismo el mundo real te come vivo!
Ya es hora, es la hora de alinear tu cuerpo con tu mente, es la hora de los héroes.
Ya es hora, es la hora de alinear tu cuerpo con tu mente, es la hora de los héroes.
¡Porque cuando empiezas a dudar de ti mismo el mundo real te come vivo!
¡Y sabes que es verdad!
Te estoy hablando a ti: ¡el tiempo de los héroes empieza ahora! Sí, es la hora de los héroes ¡Sí!
¡Es hora de brillar! ¡Eh! ¡Es la hora de los héroes!

Si crees que tienes 100 años para marear la perdiz ¡estás equivocado!
Esta vez es de verdad, la hora de la verdad ¡es la hora de los héroes!
¡Es hora de brillar! ¡Eh! ¡Es la hora de los héroes!

Los tiempos difíciles son cada vez más difíciles, los mentirosos vienen fuertes.
Será mejor que te pongas las pilas o no vas a salir de esta.
Es la hora de los héroes ¡eh! Es la hora de brillar ¡Sí! Es la hora de los héroes ¡Sí! ¡Es la hora de los héroes! ¡Sí!

Es la hora de los héroes. Hora de brillar.

No hay tiempo de sobra. No existe el tiempo libre.
No hay tiempo de descanso.
Todo lo que tienes entre manos es tiempo de vida. ¡Dale!
Porque es la hora de los héroes, hora de brillar.
Porque es hora de tirar adelante ¡adelante! ¡Adelante! ¡Adelante!

Cuando te mueras se acabó lo que se daba. (x2)
Ahora es cuando toca, ahora hay que tirar adelante.
La hora de los héroes empieza ahora mismo. ¡Sí! ¡Haz algo!

Soy cortés en tiempos de aspereza,
encuentro la verdad en tiempos de ficción
No tengo tiempo para las exageraciones.
¿suicidio? No cuentes conmigo.
No tengo tiempo para la drogadicción, no tengo tiempo para fumar y beber
Demasiado fuerte para una vida recortada ¡no tengo tiempo que perder!
Es hora de brillar ¡Sí! Es la hora de los héroes. Es la hora de los héroes.

¡Cuando empieces a dudar de ti mismo el mundo real te comerá vivo! ¡Sí!
Podrías pasarte todo el tiempo caminando, cobarde: ¡o puedes levantarte!
¡Levántate, levántate, levántate, levántate! ¡es hora de brillar! ¡Sí!

Cuando tengo que hacer algo importante de verdad esta es una de las dos o tres candidatas para dejarme de chorradas y ponerme en la frecuencia y en la dirección buena. Que yo me distraigo con una mosca que pase.

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Mi librero de confianza.

Emilio me conocía a mí y a mis amigos de toda la vida porque fuimos muy amigos durante muchos años de Alberto, que nos hizo un roto bastante bueno cuando se fue y le hizo uno muchísimo mayor a Emilio, como es lógico.

Nos marcaba las distancias con eficacia y no nos tomaba muy en serio, salvo cuando la cosa iba de libros. Con Iñaki yo he hablado mucho más de aparatos y aparatitos que de libros. Y con Carlos mucho más de acuarios y de peces (de los que tenía más que el capitán Pescanova) o de nieve que de libros. Por lo que fuese. Para hablar de libros iba a Emilio.

Una vez estaba en un brete. Tenía que regalarle un libro a uno que no lee mucho y es muy derechas. No un poquito, no. Más de derechas que un Land Rover corto con siete grifos de agua fría, con bigote en vez de matrícula y una bandera con el pollo con una bandera con otro pollo en el pecho. De derechas. Así que fui a donde había que ir.

Emilio, con la socarronería brotándole por todos los poros y sin hacer sangre, cosa que todavía le sigo agradeciendo, me dijo que acababan de publicarse casi simultáneamente varias biografías de Franco. En la de Vazquez Montalbán me dijo que iba a encontrar todos los razonamientos que uno puede esperar de un comunista convencido sobre la figura del dictador. Muy bien escrito, pero con un nada disimulado sesgo que quizás no viniera al caso si lo que quería no era dar por saco.

De la Cierva, franquista hasta la náusea franquista, representaba el otro extremo de la escala. Un libro en el que el autor cantaba las loas de su generalísimo. Empalagoso y de una calidad muy baja, como todos sus libros. Sin sorpresas.

– Ahora bien, dijo tomando el centro de la tienda, si lo que quieres son hechos el que tienes que comprar es este.

Y me sacó un tocho de casi mil páginas con un retrato enorme del genocida con las piernas más cortas de la historia reciente y la palabra FRANCO por todo título.

– Yo siempre he pensado que Franco era un dictador y un asesino, dijo señalando el libraco en mis manos. Pero tras leer ese libro sé que además era un gran incompetente, un ladrón, una mala persona y un gran hijo de puta.

Un señor de orden que parecía estar esperando turno para hablar con Emilio hizo nota mental de limpiarse los oídos con jabón Lagarto y flagelarse con el cilicio de las ocasiones especiales, el que pica de verdad.

Pero también te digo que si un franquista lee este libro va a estar encantado, porque el libro no dice en ningún momento “mira qué perrería hizo aquí” o “atención a la brillantez del líder invicto”. Plantea hechos, lo cual nos deja libertad para formar nuestra propia opinión. Yo tenía la mía y ahora la he confirmado y ampliado.

El señor de orden corrigió la nota mental, cilicio del 5, aunque digan los rojos que tiene mala rima.

Así que le hice caso y me llevé el tocho recomendado.

“Goooooooool de Señor” cuando el destinatario rompió el papel de regalo y se encontró con la cara de su amado líder. Y más aun cuando se cepilló el libro de pe a pa, con ansia, disfrutando de cada página como nunca en su vida.

Este tipo de cosas son las que uno podía esperar de su librero de cabecera, que lo fue incluso años después de haberme ido de Guadalajara en busca de mejores pastos, que no libreros.

Me acuerdo también de cuando Berta me vio vegetariano, tan flaco y con la ropa tan rota y se empeñó en alimentarme allí mismo y en darme pan integral y cosas de esas con etiquetas en alemán. No todos los punkis podían ser fornidos y saludables como su hijo Alberto, qué le vamos a hacer, pero eso a ella le daba igual. Eran otros tiempos.

Pero por hoy con hablar del que se acaba de ir y echaremos de menos tenemos suficiente.

Que la tierra te sea leve, Emilio. Si nos tenemos que volver a ver, seguiremos donde lo dejamos. O lo que tenga que ser.

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Hoy en versiones de cosas: My Hometown/Min hemstad.

Resulta que el post anterior con una canción de Säkert! es una versión de otro grupo sueco, The Wannadies, de Skellefteå, en el Norte de Suecia.

Así que esta es la versión original (en inglés):

Y la versión de Säkert! (en sueco):

Traducción (muy libre) y más abajo el texto original en inglés.

This is my Hometown

Esta es una canción sobre el sitio donde vivo
Una canción sobre cómo son las cosas aquí
Me paso las horas muertas yo solo
Esperando junto al teléfono
Cuesta decir que te acerques un poco
Cuando estás tan lejos
Y a veces cuesta recordar que
Mañana está tan cerca como ayer

Soy de aquí
Soy de aquí
Soy de aquí
Soy de aquí

Me arrastro por estas calles
Donde nunca pasa nada
Donde la hierba mojada se encuentra con polvo y suciedad
Aquí, donde el amor nunca duele.

Nunca he sido un solitario
Al menos no quise serlo
Hagas lo que hagas, recuerda que
Mi hogar está allá donde esté mi corazón
Y

Soy de aquí
Soy de aquí
Soy de aquí
Soy de aquí

Esta es una canción sobre el sitio donde vivo
Una canción sobre cómo son las cosas aquí
Me paso las horas muertas yo solo
Esperando junto al teléfono
Cuesta decir que te acerques un poco
Cuando estás tan lejos
Hagas lo que hagas recuerda que
My hogar es allá donde esté mi corazón y

Soy de aquí
Soy de aquí
Soy de aquí
Soy de aquí

This is my Hometown

This is my home town song, a how it’s like at home song
spending hours all alone, waiting by the phone
it’s hard to say come closer, when you’re so far away
and sometimes it’s hard to remember that
tomorrow’s as close as yesterday
this is my home town
this is my home town
this is my home town
this is my home town

I’m dossing up and down these streets, where nothing ever seems to change
where wet grass meets dust and dirt, that’s where love no longer hurts
I’ve never been a loner, at least I never wanted to be one
what ever you do, remember one thing
my home is where my heart is and
this is my home town
this is my home town
this is my home town
this is my home town
This is my home town song, a how it’s like at home song
spending hours all alone, waiting by the phone
it’s hard to say come closer, when you’re so far away
what ever you do, remember one thing
my home is where my heart is and

this is my home town
this is my home town
this is my home town
this is my home town

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Säkert! Min hemstad (euskarazko itzulpena)

Min hemstad

Hau da nire “hemengoa naiz” kanta
“Horrela da nire herria” horietako kanta bat
Hemen esarrita nago ostera ere
Telefonoaren zai
Zaila da “etorri hurbilago” esatea
Zu hain urrun zaudenean, eta
Batzutan gatza da gogoratzea
Bihar atzo bezain gertu dagoelako

Hemengoa naiz
Hemengoa naiz
Hemengoa naiz
Hemengoa naiz

Narras ibili gora ta behera
Ezer ez da aldatzen kaleotan
Belar bustia, hautsa eta lokatza
Maitasuna ez da mingarria hemen

Inoiz ez dut bakarrik nahi izan
Edo ez nuen nahi, behintzat
Nahi duzuna egin, baina gogoratu
Nire bihotza dagoen lekuan, bertakoa naiz,
Eta

Hemengoa naiz
Hemengoa naiz
Hemengoa naiz
Hemengoa naiz

Hau da nire sorterri-kanta
Hau-da-nire-sorterria horietako kanta bat
Hemen esarrita nago ostera ere
Telefonoaren zai
Zaila da “etorri hurbilago” esatea
Zu hain urrun zaudenean, eta

Batzutan gogorra da, baina gogoratu
Nire bihotza dagoen lekuan, bertakoa naiz, ta

Hemengoa naiz
Hemengoa naiz
Hemengoa naiz
Hemengoa naiz

Det här är min hemstadssång
En såhär-är-det-hemma-sång
Sitta här ensam igen
Vänta på telefonen
Svårt att säga “kom närmre”
När du är så långt bort och
Ibland är det svårt att minnas om
Imorgon är lika nära som igår
Det här är min hemstad
Det här är min hemstad
Det här är min hemstad
Det här är min hemstad
Släntrar uppför och nerför dom här gatorna
Där ingenting nånsin tycks förändras
Där vått gräs möter damm och smuts
Där kärlek inte längre gör ont
Jag har aldrig vart en som är själv
I alla fall har jag aldrig velat va det
Så vad du än gör – minns det här
Mitt hem är där mitt hjärta är och
Det här är min hemstad
Det här är min hemstad
Det här är min hemstad
Det här är min hemstad
Det här är min hemstadssång
En såhär-är-det-hemmasång
Sitta här ensam igen
Vänta på telefonen
Svårt att säga “kom närmre”
När du är så långt bort och
Ibland är det svårt, men minns det här
Mitt hem är där mitt hjärta är och
Det här är min hemstad
Det här är min hemstad
Det här är min hemstad

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Apricoat – The review.

This is my first review of a piece of clothing, and I have limited experience outdoors. Also, English is not my mother tongue.

The first sensations were great. Great feeling, not as plastic-y as most Goretex (and similar) jackets. The inner fleece layer was a pretty good idea. The L size I chose is roomy enough for me to wear a second layer when required. Lots of pockets. Very inconspicuous on the outside, very easy to spot on the inside. The zippers work very well.

Perfect timing to receive the jacket: temperature in Stockholm was -13 ºC and the chill effect would make -23; the next day I went to the mountain part of Dalarna, by the Norwegian border. There we had those -13 at noon, under a wonderful sun, but around -20 at 21h, and down to -30 at 5AM.

The perfect environment to try out my flamboyant Apricoat.

The first evening went on a night walk with a dog, uphill. Walking uphill on the ski tracks at -20 is where you put your gear in the right spot for a test, I’d say.

First screech of brakes: when you need to look for anything inside the jacket you must open it wide, because the zip cannot be opened from the lower end up. This is really annoying. This is not a wool sweater! Sometimes you need to open the lower end of the jacket to dig into your pockets (in the jacket itself, the second layer, your trousers… to pee, if you are male… you name it). This decision looks like made in the 70’s.

But it’s ok. I keep going uphill to the top of the ski station. I can feel the real cold coming in my face, but I am sweating in the body. Then I find out I can open any lateral ventilation under the armpits, something pretty much any outdoors shell or breathable waterproof jacket I own (and I own a few) has. That is an interesting design decision, but maybe the breathable capabilities are so good they are not even necessary, I think while the sides of my purple wool hat look white with my frozen transpiration.

Snow starts falling. Small snowflakes falling strong, a density that makes difficult to see 50m even under the big moon we enjoy. I wear the hood and I can see how it lacks any solid internal component to make a decent shape around the head. It is like the hood of a sweater, but (hopefully) waterproof. The upper part falls totally flat over my forehead, so my glasses are fully covered in snow in seconds. The 80kg dog I am walking pulls my arm downhill, and I don’t have a clue of where is he going to, and me after him. Excellent news.

I have to say I didn’t bring with me the pillow that makes the hood inflatable, so maybe that is why the hood performed so bad. Anyway, I just tried to install the pillow inside the hood when I was back home, and desisted. I just couldn’t figure it out. I am not even sure the pillow you sent is the right pillow for the hood. If that ‘pillow inside the hood’ is really the best solution you could come up with.

A possible solution for that hat would be to wear a baseball hat so it stays in place and protects the glasses I need at all times. Far from optimal. And I almost never wear baseball hats.

The hood of winter shell jackets is an amazing piece of engineering. It should be very configurable, cover only the right parts of the head, and stick to it when moving. I guess somebody didn’t put enough time on how others before them dealt with the problem of a hood.

When I removed the jacket after the night walk I felt wet the inside the arms. I touched then the rest of the inside of the jacket, and the back was wet too.

That is definitely what you don’t need at -20ºC, let me tell you that.

I tried the jacket for a couple of long walks more (walking with the dogs on and off tracks, some snowshoeing, always below 10, with and without chilly wind) and finally had to move back to my Haglöfs shell jacket, because I don’t think the Apricoat was the right tool for the job. I wasn’t even cross country skiing, running, or going specially hard. I was just walking on the tracks most of the time, and snowshoeing for the first time in my life, and stopping all the time to take pictures.

Back in town, is seems to be a great urban jacket to walk around if it is not colder than -5ºC. But fast walker as I am, the risk of condensation will be there all the time.

In short:

I like: how it feels, it seems light enough, it is warm (if it is not too cold), the zippers work very well (except the thing about the main zipper, of course). Looks casual enough not to fall into the ‘base camp fashion’ category, which might come very handy.

I don’t like: don’t go on adventures with this jacket if it is going to be cold (under -15ºC) or you expect any sweat during those adventures 🙂 I was expecting a lot more about the hood. Inflatability should be a plus, not the reason why the hood is so non-functional.

Good for windy, cold and dry moments. Obviously I am thinking about my circumstances in this review, and the Stockholm area of Sweden is not the best to find those conditions, but it happens sometimes.

I am very surprised that this issues I have found in one week wasn’t addressed after the extensive test all over the world you claim you did before deciding how the final model would be, produce it, and ship it to the backers.

Conclusion: Good jacket for the tag price? Yes. A jacket that will become my main one for winter adventures or even city roaming? No way.

I will keep an eye on you if you decide to keep going and fix all this issues in a second version. Nobody learns without making mistakes.

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Lisa y Tania. Y Charlie.

He estado un par de veces en refugios para perros y son sitios terribles. Hubo décadas entre el primero y el segundo, en uno al menos no sacrificaban ningún perro que entraba, pero ambos tenían en común que eran sitios terribles, espacios llenos de depresión, una tristeza infinita, perros que intentan cautivar al visitante humano para que les rescate de aquél horror. Hay otros perros que han perdido casi toda esperanza, pero te miran de reojo a ver si de puro milagro resulta que les sacan de allí, resultan elegidos y es a él a quien el humano elige, no a esas dos filas de perros contra la valla muestran todo su catálogo de morisquetas. Los que saben andar a dos patas lo hacen, los que dan la patita, los que hacen la croqueta. Lo intentan de todas las maneras posibles. Sigo siendo un firme defensor de la idea de que cualquiera que pretenda comprar un perro a un criador debería antes visitar un refugio e intentar arreglar todo el mal que se le hace a esos pobres perros injustamente.

Pero por mis circunstancias son gatos lo que quiero. Mi primer refugio de gatos ha sido toda una experiencia. El cielo, en caso de existir, se tiene que parecer mucho a lo que vi. Es una pequeña clínica con espacios aislados para animales con enfermedades infecciosas o que necesitan estar separados del resto por alguna razón y un apartamento enorme con baldas por todas partes. En esas baldas hay camas para gatos preparadas con toallas y mantas de colores imposibles. Desde esas baldas decenas de gatos, desde su superioridad innata, observan con mucha atención a sus visitas humanas. El lugar está abierto a las visitas los sábados de 1 a 3 de la tarde. Ese es el espacio que dan a quienes aspiramos a que alguno de esos gatos nos elija para otorgarnos el privilegio de compartir su existencia con ellos.

Una vez que quedó claro que mi interés es sincero y me hago cargo de que casi todos esos gatos tienen un pasado y algunos lo tienen terrible, fui invitado a visitar el albergue entre semana, cuando no hay visitas y los gatos están mucho más distendidos.

Con la temperatura exterior por debajo de cero grados y una sólida capa de nieve cubriéndolo todo, había unos cuantos gatos en el espacio exterior, un balcón mallado que les han construido para que salgan a respirar aire fresco. La mayoría de estos gatos solo van a ser enviados a casas que les ofrezcan la oportunidad de salir al exterior. Yo necesito gatos que no quieran (o no deban) salir y tengan bastante con un ventanal bajo el que pueden dormir al sol cuando lo haya y mirar al exterior, ver árboles y hacer esos ruidos desesperados que los gatos hacen cuando ven un pájaro que saben que no pueden alcanzar.

Al entrar en el sitio lo que uno se encuentra es un paraíso de la siesta felina. Unos cuantos duermen panza arriba junto a las ventanas, rascando el poco calor que el sol escandinavo de febrero puede ofrecer. Por todas partes, gatos y gatazos duermen su cuarta siesta del día. Lo que yo busco son dos gatos que se lleven muy bien y ahí hay bastantes. Muchos padres que siguen cuidando de sus hijos e hijas, por ejemplo. Hay incluso una familia con abuelos, hijos y nietos. Curiosamente las gatas una vez que ven que sus crías se han desarrollado se desentienden totalmente de ellas y las ignoran como hacen con todos los demás que no son sus amigos.

Estos aristócratas de cuatro patas generalmente no acuden a ti bajo ningún concepto, menos aun si están durmiendo. Hay que atreverse e intentar rascarles la parte de atrás de la cabeza y exponerse a llevarse un gracioso y bien colocado manotazo con su pezuña, un bufido, o incluso una cobra. Las voluntarias que hay en el lugar me iban diciendo de cuáles esperar una reacción agresiva (muy pocos), cuáles son extremadamente sensibles a las caricias aunque no las vayan a pedir jamás, cuáles son amistosos con otros gatos, cuáles prefieren vivir solos, cuáles han estado muy enfermos, cuáles lo están ahora mismo y requieren medicación, como una preciosa princesa color canela que siempre está en la torre de un castillo que alguien ha construido como soporte de varias camas felinas. Vivía en una habitación muy húmeda llena de gatos hasta que los 35 felinos que vivían en ese apartamento fueron repartidos en refugios. Siempre está constipada, moqueando, ronca por las noches y a veces se pone mucho peor. Casi todos esos gatos han nacido en libertad, muchos han pasado ya por alguna casa algunos han vuelto al refugio porque su el humano a su cargo (la palabra “dueño” tratándose de quien cuida a un gato carece de sentido) enfermó, tuvo que ir a una residencia donde generalmente no admiten animales, o la familia tuvo a una criatura y el gato destruye todo lo que huele a ella. Lo que yo iba buscando después de todas estas explicaciones son dos gatos adultos que se lleven bien entre ellos y vivan miserablemente en este refugio porque necesitan un hogar.

Y los he encontrado. Tania es una gataza blanca y negra con ojos ígneos que se lleva bien con todos los gatos, acepta golosinas cuando se las das con la mano y mucho cuidado pero hay que acariciarla con un palito que lleva una borla muy suave en la punta. No me pudieron decir exactamente cuál ha sido el problema que tuvo antes de ser rescatada pero quienes venimos de sitios donde ha existido desde siempre una tolerancia bastante alta con niveles espantosos de crueldad con los animales tenemos mucha imaginación. Tania está sin socializar, lleva solo un mes en el refugio y durante ese tiempo fue esterilizada. Así que hay que darle una oportunidad y darle mucho cariño a una distancia prudencial. Salvo que sea evidente que no quiere estar en mi casa, hay que esperar cuatro o seis meses hasta tomar una decisión y considerar que debe quedarse. Ahora que los gatos viven 15 años o más tampoco es mucho tiempo.

Con ella vendrá Lisa, una gata negra que cuando ha vivido en un piso resultó ser muy juguetona y dulce, pero que en el refugio vive debajo de una manta. Tocarla es como tocar una nube, nunca muerde ni araña, pero no va a ser ella quien salga de debajo de su manta a pedir cariño, así que hay que tener fe en la palabra de las voluntarias del refugio, meter la mano debajo de la manta y acariciar a Lisa. Mirar debajo de la manta, ver esos ojos desorbitados, casi de terror. Volver a intentarlo. Otra que también necesitará tiempo. ¿Pero no lo necesitamos todos? ¿Quién no necesita tiempo de vez en cuando?

Para ayudar a estas dos damas tan especiales vendrá también Charlie, un gatazo inmenso que parece un ternero disfrazado de gato. Tiene un montón de cicatrices en la cara, las orejas llenas de viejas heridas que hacen que sus orejas parezcan cubistas y no tiene dientes debido a una enfermedad. Charlie es el gatazo enrollado que se lleva bien con casi todos los gatos y en cuanto se le da un poco de cariño muestra inmediatamente que quiere más. Charlie ayudará a Tania y Lisa a entender que algunos humanos sí deberían estar cerca de los gatos. Y viceversa.

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Una visita a Sápmi

Yo iba a visitar el Norte de Suecia y estando allí aprendí que lo que estaba visitando era Sápmi.

Sápmi es la tierra de los Sámi, un pueblo originario de los pocos que quedan en Europa. Los límites de Sápmi no están claramente definidos, pero se puede tomar como el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y zonas limítrofes con Rusia (Karelia).
Los Sámi han intentado ser borrados del mapa por todo el mundo y de muchas maneras durante los últimos siglos y casi lo han conseguido. Tienen legua propia, o mejor dicho lenguas, porque son diez, la más importante con unos 20,000 hablantes, pero desgraciadamente la mayoría tienen unos pocos cientos, hay alguna con menos de diez y algunas ya están totalmente perdidas.

Ser nómadas no ha ayudado mucho a que se conserven vestigios físicos, pero algo sí que ha llegado y se puede ver en museos de la zona. Lo bueno es que, ahora que la discriminación que han sufrido los Sámi durante siglos ha amainado un poco, no sólo se mantienen vestigios del pasado sino que se van creando cosas nuevas.

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Despistado como sólo puede uno estar despistado (y sólo) en Umeå, no tuve más remedio que preguntar. Umeå tiene una inmensa tradición musical (era una de las capitales mundiales del straight edge hardcore punk en los 90) y recurrí a una gente del lugar que tenía que saber qué se cocía. Son gente del skateboard y el hip-hop, pero me recomendaron visitar Tráhppie, el centro cultural Sámi de Umeå, porque esa noche iba a tocar Åra, un grupo de música Sámi que usa instrumentos modernos.

https://www.instagram.com/p/BLUQrcxjamN/

Y fue uno de los mejores conciertos que he visto en muchos, muchos años. Lo explicaría como si El Ten Eleven hubieran encontrado finalmente un cantante que les gustara y resultara ser un Sámi que canta en Sámi y se lo toma súper en serio. Ya me diréis si digo alguna tontería:

Esto de ser Sámi es un secreto bien guardado. Hay un racismo latente tan oculto que es muy raro que se oiga hablar de él y de los Sámi menos aún salvo que estés en donde esa es la gente que te cruzas por la calle.

En Suecia, que es el caso que conozco, se ocultan los orígenes Sámi. Tras casi cuatro años en el país sólo una persona me ha dicho que tiene antepasados Sámi (aunque no sé si cuenta como el común de los suecos siendo una sueca que aprendió danés -¡danés!- y habla euskara). Es posible que conozca más, pero si no me lo dicen ellos no lo puedo averiguar. Muchos de ellos se cambiaron los apellidos por otros más suecos por razones prácticas y por lo visto no es algo que va uno preguntando. Me da mucha pena, pero me tendré que joder y esperar a que me lo den a conocer.

Irónicamente, Suecia como país y los suecos como individuos adoran las culturas tradicionales, los pueblos originarios, los “indios” americanos, han metido cantidades industriales de tiempo y dinero en ayudar (signifique eso lo que signifique) a esos pueblos de todos los continentes mientras tenían a mil km al norte de la capital su propio pueblo originario. El caso finlandés es aun hoy día de tolerancia relativa pero hostilidad lingüística, porque es muy posible que los niños Sámi de Finlandia tengan que aprender sueco como el resto de los niños finlandeses pero no tienen manera de ir a la escuela en su lengua materna. En Rusia es aún peor. Y en Noruega, tras haber perdido muchas batallas durante siglos han llegado a un punto en el que la tierra en la provincia de Finnmark (la que hace frontera con Rusia) es propiedad de los residentes en Finnmark (noruegos o Sámi) y el estado no tiene absolutamente ninguna autoridad sobre ella.

Muchas de estas batallas contra los estados y las empresas mineras o que explotan otro tipo de recursos como la electricidad o los bosques se han perdido porque sencillamente los Sámi no tienen título de propiedad sobre las tierras donde han estado pastoreando renos los últimos 5,000 años. Ni falta que les hacen. Hasta que les hacen falta.

Aún hoy los Sámi no tienen todas las de ganar, pero al menos no tienen todas las de perder. Incluso tienen un fondo común para gastos legales, porque sucedía con demasiada frecuencia que un Sámi se metía en pleitos con el gobierno o una compañía y la falta de recursos hacía que no pudieran recurrir o los ahogaran en papeleo y abogados. Eso se acabó. Ahora incluso hay una Universidad Tecnológica Sami. Han aprendido que no sólo hay que saber de renos. Necesitan geólogos, ingenieros y abogados. Y ahora los tienen.

Durante mi estancia por esas tierras hubo un congreso sobre la explotación minera de Sápmi. Casi todos los invitados eran suecos pero había algunos invitados de otros países, algunos tan alejados en todos los sentidos como Australia. El gobierno sueco invita a estos eventos a un representante del Consejo Sámi, el parlamento que reúne representantes de todas las comunidades que se extienden por el ártico europeo.

Sé de todo esto porque conocí a uno de los invitados a este congreso y quedó vivamente impresionado con el embajador que los Sámi enviaron al congreso minero. Los Sámi no son especialmente corpulentos, pero enviaron al más grande que tenían y era sin duda el invitado de mayor corpulencia de todo el congreso; eso cuando hablamos de una habitación llena de nórdicos no es cosa fácil. La mayoría de los invitados acudieron enviados por empresas, así que la usual etiqueta relajada de Suecia se vio atropellada por decenas y decenas de trajes. El enviado del Congreso Sámi apareció allí con una camisa de manga corta (otra declaracion de principios con -1ºC en la calle) con el botón de la barriga abierto que enseñaba parte de su osuna anatomía cuando se encorajinaba con su discurso. Y se encorajinó.

De primeras les dijo que les odiaba. A todos. Los Sámi odian la minería. No necesitan la minería. O no necesitan ESA minería. Él trabaja con renos. Es pastor. Tiene un rebaño de cinco mil renos. Cuida de ellos, los mueve de acá para allá y con en cambio de estación los lleva a donde los pastos son mejores. Pero Sápmi es muy rico en muchos minerales valiosos y el estado sueco es el principal interesado en explotarlos. Pero sucede que ciertas infraestructuras cortan pasos que han sido usados durante milenios para mover los renos entre los pastos de verano y los de invierno. Les habló tan claro que cuando acabó de hablar le aplaudieron sincera y efusivamente. No nos gusta lo que nos has dicho, pero tienes razón, venían a decir.

Kiruna, fue fundada hace poco más de100 años, justamente cuando la tecnología permitió explotar los yacimientos de mineral de hierro de la zona, de los mayores del mundo. La salida más eficaz del producto es por mar (no hay flota de trenes que pueda sacar todo eso al extranjero) y el puerto de Luleå está helado gran parte del año. El puerto de Narvik, en cambio, gracias al flujo de aguas templadas del ramal norte de la Corriente del Golfo, no se hiela nunca. Narvik existe porque existe Kiruna y Kiruna es lo que es porque existe Narvik. Luossavaara-Kiirunavaara Aktiebolag (LKAB) es la compañía que explota las minas de Kiruna (propiedad del estado sueco) y construyó el ferrocarril hasta Narvik y las gigantescas instalaciones industriales que dominan (en todos los sentidos) todo el fiordo donde se asienta la ciudad.

https://www.instagram.com/p/BLoUYpyDjpW/

El mineral de hierro es lo que hizo que casi simultáneamente tanto los aliados como los alemanes invadieran Noruega. Controlar la salida por mar de las minas de Kiruna era controlar una fuente clave de minerales para la industria armamentística. Los alemanes, antes de retirarse, volaron todas las infraestructuras industriales de Narvik, destruyéndolas por un plazo de tiempo que estimaron en un año. Cuando se retiraron y los alemanes retomaron un Narvik arrasado pusieron todo a funcionar en seis meses. De Noruega sacaban el ore, aluminio con el que construían aviones y toda la energía necesaria para estos menesteres gracias a la producción hidroeléctrica.

Hoy día Kiruna y Narvik siguen medrando cada una a su manera, como sociedades totalmente distintas, en zonas climáticas totalmente distintas. La una en medio de Laponia, con frío extremo y una sociedad que depende en gran parte de la mina. La otra muy dependiente del producto de la mina, pero con turismo de alto standing porque están en un fiordo (mar y montaña).

Es curioso que la oferta turística sea tan similar siendo dos sitios tan distintos. Auroras boreales, actividades acuáticas, excursiones con trineos tirados por perros, motos de nieve, actividades de alta montaña… Los precios, por supuesto son altos en Kiruna y astronómicos en Narvik. Luego hay alguna cosa que sólo hay en uno de los dos sitios. En Narvik puedes no ya bucear, sino bucear en varios pecios de destructores hundidos a 12m de profundidad. Hay incluso uno cuya proa asoma bastantes metros por encima del agua justo frente a un aparcamiento.

Aun así me voy con la idea de que la versión de Kiruna es más rural y más de verdad. Los Sámi no van vestidos de Sámi porque son, no tienen que parecer. Hay sitios donde ofrecen a los turistas “una ceremonia Sámi de paso del Círculo Polar Ártico”, algo que indigna y humilla a los Sámi a partes iguales, además de mostrar un grado de ignorancia muy alto sobre este pueblo.

Por puro azar me alojé en un hotel pequeño y básico, pero con una gente muy atenta (¡y sauna!), el Samegården. Samegården resulta ser el único sitio en el que se le permitía a los Sámi dormir bajo techo dentro de la ciudad y si no tenían que plantar la tienda fuera del pueblo. No es algo que les asuste especialmente, al menos a los de antes, pero los habitantes de la zona de hoy en día no se asustan si en invierno tienen -30ºC o incluso menos.

En Samegården tienen un museo Sámi muy pequeño pero muy interesante y los organismos Sámi de la zona (el término municipal de Kiruna tiene el tamaño de Eslovaquia, aquí las distancias son a lo bestia) tienen oficinas junto a la recepción del hotel así que puede pasar como me pasó a mí que mientras estás en la recepción pagando entre un paisano a entregar un esquí centenario supongo que para el museo.

Además de panfletos para que te cobren por ver las auroras boreales (con un poco de suerte basta con irse a un prado oscuro y mirar para arriba, si las pude ver yo las puede ver cualquiera), de rutas en moto de nieve, actividades de verano en los lagos, etc hay información sobre la zona y advertencias muy curiosas como por ejemplo uno que avisaba sobre qué hacer si te sale al paso un rebaño de renos, que tampoco es nada especial que no haya que hacer si te sale al paso un rebaño de ovejas, pero hay gente que nunca ha visto un rebaño de nada que no sea gente. En fin, por si acaso: si puedes lo evitas; si no puedes evitarlo te estás quieto hasta que se hayan ido y si tienes perro lo sujetas y todos tan amigos. Si son cien pasan rápido casi seguro. Si son miles te jodes y te esperas, que tampoco pasa nada y total, los que no somos del pueblo podemos contar al volver a casa que tuvimos que esperar a que pasara una mar de renos que no se veía el final.

Me queda bien claro una vez más que los alemanes organizan (y pierden) las guerras mundiales pero se encargan de ganar las posguerras.

El cementerio militar alemán de Narvik está junto a la capilla del cementerio “nuevo” (hay otro anterior, más pequeño y de lo más gótico que he visto nunca).

https://www.instagram.com/p/BLlRjMwDe43/

La Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge (Comisión Alemana de Tumbas de Guerra) cuida de la multitud de cementerios que han ido regando por el mundo adelante durante las dos guerras mundiales y están todos como un pincel. Todos.

https://www.instagram.com/p/BLlSa5tj-yT/

En éste hay un mapa metálico donde se explica cómo están organizados los enterramientos y hay lápidas metálicas con el grado militar, nombre, fecha de nacimiento y fecha de muerte. Hay soldados muertos a lo largo de Noruega y Finlandia, hay un par de fosas comunes con restos no identificados, hay un montón de gente demasiado joven (20 años), hay una cantidad inusual de mujeres (todas murieron en un accidente aéreo en otoño de 1944) y hay varios oficiales y suboficiales de las SS enterrados ahí (identificables por el grado militar, específico de ese cuerpo, pero al menos no se mantienen las runas en las placas como en algunos cementerios de Austria).

La tumba de los noruegos muertos en las batallas de Narvik está en el centro de cementerio, discreta pero bien visible y debajo de un enorme ciprés.

El resto de las tumbas militares están muy cerca unas de otras, pero claramente separadas.

La tumba de la Commonwealth está al fondo. Hay una gran cruz y muchas lápidas en piedra, con información del arma a la que pertenecía el finado, fechas y lugar de origen. Siempre hay alguna que pega al ojo más que las demás y en este caso fue la de un piloto neozelandés. Venir a morir a la punta norte de Europa desde Nueva Zelanda porque su país es independiente, pero cuando la reina de Inglaterra llama, ellos van. Desde la otra punta del mundo, pero ellos van.

La tumba de los polacos está al fondo del todo, cerca de la ruidosa (para ser el norte de Noruega) carretera. Hay una placa que parece más reciente que el monumento en sí, supongo que cosa del gobierno actual y había incluso flores y una bandera polaca. Muchos polacos huyeron a Inglaterra cuando Alemania y la URSS se zamparon Polonia en cuatro semanas y hubo unidades militares polacas completas que pasaron a integrarse en las operaciones aliadas manteniendo uniformidad o al menos distintivos polacos. Al igual que las tropas británicas y la mayoría de las francesas carecían de experiencia real de combate cuando desembarcaron en Narvik.

Y llegamos a los que sí sabían de qué iba la cosa.

La tumba de los “franceses” está en la esquina del fondo, pegada a la carretera. Pongo “franceses” entre comillas porque era la Legión Extranjera y en ella había cientos de republicanos españoles y antiguos miembros de las Brigadas Internacionales. Se les dio a elegir ir a batallones de trabajo (a la línea Maginot o al norte de África) o la Legión y muchos aceptaron seguir luchando contra los alemanes. Su experiencia militar les resultó muy útil en las encarnizadas batallas que libraron durante dos meses en un terreno endiabladamente complicado, con alta montaña, nieve, y un enemigo con mucha experiencia en ese terreno (paracaidistas y Cazadores de Montaña). Cientos de republicanos españoles quedaron para siempre en Narvik tras derrotar a los alemanes (Narvik fue la primera batalla de la Segunda Guerra Mundial en Europa en la que los alemanes fueron batidos) aunque por razones estratégicas, Francia había caído ante Alemania en unas pocas semanas, hubieran de abandonar Noruega dejando algo de material a los noruegos para que se las apañaran. Leí en alguna crónica que había españoles llorando abrazados a sus mulas, esos animales que cargan con todo y suben a donde sea, porque en la retirada no se las podían llevar de vuelta.

Al final cada cual se fija en las cosas más inverosímiles en medio de una retirada urgente.

El monumento “francés” tiene una gran placa donde sólo se citan nombres que parecen franceses. Las lápidas que hay alrededor cuentan otra historia llena de nombres y apellidos que suenan a español, a catalán, algunos nombres polacos, nombres italianos, un nombre judío que pudiera ser alemán, austríaco, polaco o francés, y unos cuantos nombres que parecen inventados, algo lógico tratándose de miembros de la Legión Extranjera. Pero inventados o no, seguramente el que lo llevaba no era francés de nacimiento y hablaba castellano.

Hay placa, hay flores (con la tricolor francesa) y por supuesto que no hay ni rastro de un reconocimiento a esos pobres que fueron a morir bajo bandera francesa.

Total, constatado una vez más que los españoles de bien siempre serán huérfanos y les hubiera ido mucho mejor si hubieran sido unos hijos de puta.

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